Sexo y moda en 1540 Yuma, Arizona

Intentando ser amable  
Trying to be nice  

CORONADO

Como lo dice el historiador Herbert Bolton:
The way historian Herbert Bolton tells it:

Herbert E. Bolton, Coronado - Caballero de Pueblos y Llanuras , (Albuquerque: Univ. Of New Mexico Press, 1949), p. 57:
Herbert E. Bolton, Coronado: Knight of Pueblos and Plains, (Albuquerque: Univ. of New Mexico Press, 1949), p. 57:

“Varios cientos de indios fueron con el ejército para servir como exploradores, zapadores, sirvientes, pastores, arrieros de caballos, cocineros de campamento o en otras ocupaciones. Fueron alistados en la Ciudad de México y en los pueblos a lo largo del camino a Compostela [el punto de reunión]…. Mendoza dio instrucciones estrictas de que sólo se deberían tomar indios voluntarios, pero de estos no hubo escasez. Muchos más de los necesarios pidieron permiso para ir. En efecto, le dijeron a Coronado que si el virrey se lo permitía, "más de diez mil" se unirían a la marcha, pues tanto nativos como españoles habían contraído la fiebre de Cibola.
"Several hundred Indians went with the army to serve as scouts, sappers, servants, herdsmen, horse wranglers, camp cooks, or in other occupations. They were enlisted in Mexico City and in the pueblos along the road to Compostela [the muster point]…. Mendoza gave strict instructions that only volunteer Indians should be taken, but of these there was no dearth. Many more than were needed begged permission to go. Indeed, they told Coronado that if the viceroy would permit them, ‘more than ten thousand’ would join the march, for natives as well as Spaniards had taken the Cibola fever.

“Mendozá ordenó a Coronado que mostrara la mayor consideración a los aliados indios, algo que no habían hecho todos los conquistadores. Deben ser tratados como hombres libres y se les debe permitir regresar en cualquier momento que deseen, "ricos y contentos", provistos de provisiones para la marcha de regreso y, si es necesario, con una escolta de jinetes para su protección. Esta promesa se cumplió al pie de la letra,
"Mendozá ordered Coronado to show the Indian allies the greatest consideration, something which had not been done by all conquistadores. They must be dealt with as freemen, and permitted to turn back at any time they might wish, ‘rich and contented,’ supplied with provisions for the return march, and, if necessary, with an escort of horsemen for their protection. This promise was carried out to the letter.

Algunos de los indios se llevaron a sus esposas e hijos con ellos en la larga marcha. Las familias que quedan atrás, decretó Mendoza, deben recibir lo necesario para su sustento hasta que el esposo regrese.
Some of the Indians took their wives and children with them on the long march. Families left behind, Mendoza decreed, must be provided with what was necessary for their sustenance until the husband should return.

Durante el regreso de la expedición a México, la frustración que sintió Coronado al tratar de implementar una ética de respeto por los indígenas es evidente en su observación de que cualquier soldado que se encontrara maltratando a los indígenas en lo sucesivo sería ahorcado. El soldado que notó esto supuso que Coronado se estaba recuperando de una lesión en la cabeza que sufrió poco antes de que detuviera la expedición. También es posible que la lesión lo ayudó a decir lo que realmente sentía.
During the expedition’s return to Mexico, the frustration Coronado felt at trying to implement an ethic of regard for the Indians is evident in his remark that any soldier found mistreating Indians henceforth would be hanged. The soldier who noted this surmised Coronado was reeling from a head injury sustained shortly before he called a halt to the expedition. It’s also possible the injury helped him say what he really felt.

Alarcón también intentó seguir las instrucciones de Mendoza.
Alarcon also tried to carry out Mendoza’s instructions.

Aunque se podría argumentar que como marinero y líder lo había visto todo, también se podría argumentar que aunque podría parecer una cara de póquer, la forma en que escribió sus informes puede haber sido ocasionada no solo por la necesidad de sobrevivir, pero también por un intento de ser considerado con las costumbres de los indios. Después de todo, él era la punta de lanza de la cultura que nos dio “machistas” y también de una religión dogmática. Sin embargo, informó de sus observaciones al virrey Mendoza con total naturalidad:
Though it could be argued that as a sailor and leader he had seen everything, it might also be argued that though he might come across as a poker face, the way he wrote his reports may have been occasioned not only by the need to survive, but also by an attempt to be considerate of Indians’ ways. After all, he was the spearhead of the culture that gave us “macho” and of a dogmatic religion as well. Yet he reported his observations to Viceroy Mendoza matter-of-factly:

Sexo y moda en el Nuevo Mundo
Sex and fashion in the New World

Alarcón y su tripulación se aventuraron río arriba y aún no habían llamado Buena Gia (que ahora conocemos como Colorado). Estaban entrando en un nuevo mundo presumiblemente desprovisto de influencias europeas, africanas o de cualquier otro tipo no (¿no?) Americano. ¿Y qué encontraron? Alarcón comienza con una descripción del atuendo de los nativos en una parada a lo largo del río:
Alarcon and his crew ventured up the river they had not yet named the Buena Gia (which we know now as the Colorado). They were entering a new world presumably devoid of European, African, or any other non(un?)-American influences. And what did they find? Alarcon starts with a description of the natives’ attire at one stop along the river:

Hernando de Alarcón, “Relatione…”, Narrativas de la Expedición Coronado 1540-1542, trad. George P. Hammond y Agapito Rey del italiano en Ramusio, “Viaggi”, ed. 1556, III, fols. 363-370 (Albuquerque: Univ. Of New Mexico Press, 1940), págs. 129 - 130:
Hernando de Alarcón, “Relatione … ,” Narratives of the Coronado Expedition 1540-1542, trans. George P. Hammond and Agapito Rey from the Italian in Ramusio, “Viaggi,” 1556 ed., III, fols. 363-370 (Albuquerque: Univ. of New Mexico Press, 1940), pp. 129 – 130:

“Estos indios estaban adornados de diferentes formas. Algunos tenían rayas cubriendo sus rostros casi por completo. Otros tenían el rostro medio cubierto, todo ennegrecido por el hollín. Cada uno fue pintado según su fantasía. Algunos llevaban máscaras del mismo color, con la forma de sus caras. En la cabeza llevaban una piel de ciervo de dos palmos de tamaño, a modo de casco, y sobre ella una pequeña cresta con algunas plumas. Las armas de estos indígenas eran arcos y flechas de madera dura y dos o tres tipos de mazas de madera endurecidas al fuego. Estas personas eran grandes y bien formadas, sin ser gordas. Tienen la nariz perforada, y de ellos colgaban algunos colgantes, mientras que otros llevaban conchas. Tienen sus orejas perforadas con muchos agujeros en los que colocan cuentas y conchas. Todos, pequeños y grandes, lucen un fajín multicolor en la cintura; Atado en el medio hay un manojo redondo de plumas que cuelga en la espalda como una cola. Asimismo, alrededor de los músculos de sus brazos, llevan una banda estrecha enrollada tantas veces que se extiende al ancho de una mano. Llevan unas pequeñas hojas de huesos de ciervo, atadas alrededor de un brazo, con las que se limpian el sudor. Del otro cuelgan unas cañas de caña. Llevan también una especie de bolsa de un palmo de largo, atada a su brazo izquierdo, usándola como brazalete para el arco, llena de alguna semilla de la que hacen una especie de bebida. Sus cuerpos están marcados por el fuego. Su cabello se corta al frente y en la espalda les llega hasta la cintura. Las mujeres andan desnudas. Llevan un gran manojo de plumas, pintadas y pegadas, atadas por delante y por detrás. Llevan el pelo como los hombres. Entre estos indios había tres o cuatro hombres vestidos de mujeres.
"These Indians were adorned in different ways. Some had streaks covering their faces almost entirely. Others had their faces half covered, all blackened with soot. Each one was painted according to his fancy. Some wore masks of the same color, shaped like their faces. On their heads they wore a deerskin about two spans in size, worn like a helmet, and on it a small crest with some feathers. The weapons of these natives were bows and arrows of hard wood, and two or three types of maces of wood hardened in the fire. These people were large and well formed, without being fat. They have their noses pierced, and from them hung some pendants, while others wore shells. They have their ears pierced with many holes in which they place beads and shells. All of them, both small and large, wear a multicolored sash about the waist; tied in the middle is a round bundle of feathers which hangs in the back like a tail. Likewise, around the muscles of their arms, they wear a narrow band wound around so many times that it extends the width of a hand. They wear some small blades of deer bones, tied around one arm, with which they wipe their sweat. From the other hang some reed canes. They wear also a sort of bag a span long, tied to their left arm, using it as an arm band for the bow, filled with some seed from which they make a kind of beverage. Their bodies are branded by fire. Their hair is cut in front, and in the back it hangs to the waist. The women go about naked. They wear a large bunch of feathers, painted and glued, tied in front and behind. They wear their hair like the men. There were among these Indians three or four men dressed like women.

págs. 147-148
pp. 147-148

“En [otro] lugar el anciano me mostró algo asombroso, un hijo suyo vestido de mujer y usado como tal. Le pregunté cuántos hombres de ese tipo había entre ellos. Respondió que eran cuatro, y cuando uno murió, se hizo una búsqueda de todas las mujeres embarazadas del país, y se eligió al primer niño nacido para ejercer la función de la mujer. Las mujeres los vistieron con sus ropas, diciendo que si actuaban como tales, él debería usar sus ropas. Estos hombres no podían tener relaciones carnales con mujeres en absoluto, pero ellos mismos podían ser utilizados por todos los jóvenes casables de la tierra. No recibieron ninguna compensación por este trabajo de la gente de la región, aunque eran libres de llevarse de cualquier casa lo que necesitaban para vivir.
"At [another] place the old man showed me something amazing, a son of his dressed as a woman and used as such. I asked him how many such men there were among them. He replied that there were four, and when one died, a search was made for all the pregnant women in the land, and the first boy born was chosen to exercise the function of women. The women dressed them in their clothes, saying that if they were to act as such he should wear their clothes. These men could not have carnal relations with women at all, but they themselves could be used by all marriageable youths of the land. They received no compensation for this work from the people in the region, al­though they were free to take from any house what they needed for their living.

También noté que algunas mujeres se asociaban descaradamente con los hombres. Le pregunté al anciano si eran mujeres casadas. Dijo que no, que eran prostitutas que vivían separadas de las mujeres casadas.
I noticed also some women who associated brazenly with men. I asked the old man if they were married women. He said no, that they were prostitutes who lived apart from the married women.

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